3- Una noche cualquiera
- Brenda Figueroa
- 3 jul 2021
- 1 Min. de lectura

Un alma divagante,
ahogada en retazos de piel,
sensible a cada pálpito, a cada beso,
a cada una de sus huellas errantes,
se perdía en aquellos eufóricos suspiros,
fusionados con la suave brisa
que entraba por aquella rendija.
Un alma errante en busca de calidez,
soñando tocar las estrellas,
iba paso a paso entre nubes,
sintiéndolas cada vez más cerca,
dejándose llevar por el ritmo
de aquel frenético paso
de caricias por su piel.
Era una noche cualquiera,
en la que la transición del tiempo se hizo lenta,
cada segundo era eterno,
cada sonrisa, un “te quiero”
y cada mirada se traducía en deseo.
Aunque nunca imaginaron,
que tanto éxtasis
sería la causa del fin,
y el fin sería un comienzo,
de lo se convirtió en eterno…
Saturnus.
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