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Carta a una Mujer



Cruzarme en tu vida,

que te cruces en la mía,

que me mires con amor,

que te acaricie la mejilla.

Que nos tomemos de la mano,

que desde tu perfil derecho

no me canse de admirarte,

y me pierda en las delicadas líneas

de tu existencia a mi lado.

Que tu voz suene a música

en cada “te amo”,

que seas valiente,

que yo lo sea también,

por vos.

Porque la rebeldía de reír

a carcajadas por la calle,

y darte un beso

sin que importe nadie,

fue lo más firme y seguro

que fui capaz de hacer en esta vida,

y quizás en todas las vidas.

Porque los insultos,

el asco,

el rechazo,

la vida misma,

nunca fueron tan fuertes

como el color de los atardeceres

impregnados en tus ojos

que me mareaban

de algo que sentir.

Y animarse,

y vivir,

y caminar

como si el mundo

no acechara nuestro pasos,

era ser libres

sin siquiera saber

que carajos es la libertad.

Mujer,

mujer con mujer,

mujer con mujer con amor,

mujer con mujer con amor con placer.

Fuiste mi mayor lucha,

mi postura más erguida,

mis miedos más grandes.

Fuiste vos, conmigo,

y un algo que nos encontró desordenadas,

pero convencidas de que el mundo

merecía tanto color.


Pd: El mundo no merece tanto color. Lo necesita.

Satunus.

 
 
 

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