HIPOCONDRÍA
- Brenda Figueroa
- 18 mar 2023
- 1 Min. de lectura

Estoy acá,
encerrada en mi habitación,
sola,
pensando,
sí, así como nunca te gustó
que estuviera,
así como nunca quisiste
dejarme estar...
Me siento rara,
como ahogada
pero sin querer salir,
así que abrí la ventana,
en un intento casi desesperado
por ver entrar un rayito de luz,
de ese afuera
que no quiero ir a ver,
pero que necesito
saber que existe,
que está ahí,
como alternativa,
por si un día tengo que salir
corriendo de acá.
Hoy, como digna hija
de la hipocondría,
me da pánico sentirme así.
Este dolor de estómago,
las manos transpiradas,
la intensa migraña,
solo puede ser producto
de la infección,
de ese amor lastimado
que dejamos de curar
cuando nos olvidamos de cuidarnos.
Saturnus.
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