Sueños Sabor café
- Brenda Figueroa
- 22 oct 2021
- 6 Min. de lectura

Me descubro
Siendo frágil, un tanto ausente,
viviendo entre rimas,
claustrofóbica en este presente,
presente que dispara sin miras,
contra un pecho que cree fuerte.
Me descubro soñando, cantando,
hablándole a la nada
de que sus ojos son mi todo,
y de la existencia de una fuerza
que no conocía mi cuerpo
hasta que supo de su nombre.
Me descubro perdida
en senderos sinuosos
donde la incertidumbre nos arropa
cada día, cada noche, en cada copa,
mientras el cuerpo nublado de espera
se mece en manos del tiempo
tirano de aquellos sueños
que de las manos se fueron.
Me descubro hoy mientras ayer me evitaba,
y entendí que siempre estuve
donde nunca me vi pero siempre me esperaba,
en estos simples versos de hoy, ayer y mañana.
Recuerdo
Una palabra que seguramente
a todos nos lleva a algún lugar,
algún momento, alguna risa,
alguna palabra...
Porque si, estamos hechos de recuerdos,
recuerdos que nos sacan sonrisas,
o quizá algunos que no,
pero que también nos enseñaron
a ser quienes somos hoy.
En este instante,
las palabras anteriores también
construyeron un recuerdo,
y así, como si fuera
un gran rompecabezas,
pequeñas piezas van encajando,
para formar una gran imagen
en cada una de nuestras mentes.
Seguramente desearías
que los recuerdos pudieran ser
mucho más que eso,
que pudieran transformarse en momentos
a los cuales volver cuando quisieras
y repetirlos una y otra vez...
Quizá la culpa la tenga el tiempo
que avanza sin cesar
dejando fuera toda consideración,
Por eso es que no debemos
dejar ir nuestros recuerdos,
ya que es la única firmeza
que nos queda para luchar
ante el mundo defendiendo
aquello que fuimos, somos y seremos.
El sonido de la soledad
Murmurando despacio, va…
callando pensamientos incesantes,
presente en cada despertar,
vagando siempre constante.
Habita en el alma,
habita en el cuerpo,
habita en la mente
y a hasta en los recuerdos.
Nacido en callejones ciegos,
se mudó a estas cuatro paredes,
ocupa cada rincón del suelo
atropellando un cuerpo que se pierde.
La respiración se hace vapor
y los sueños llamas vivas,
las mejillas se visten de lluvia
y el corazón de fuerza infinita.
El exceso de razón lo escucha,
la locura fluye en sus brazos,
el pecho en continua lucha
deja su verdad en pedazos.
El sonido de la soledad,
hoy más cerca que nunca,
se percibe sin estar,
como un juego entre penumbras.
Renacer
A veces las nubes
se tornan tan densas
que la tormenta y los días grises
se sienten de no terminar,
el tiempo pasa en cámara lenta
y aquel camino de niebla
no encuentra su final.
La mente solo espera el momento
para poder escapar,
mientras el cuerpo apenas responde
con su pesado caminar.
Y será en ese momento
donde sabrás que hay que parar,
poner en pausa ese andar,
por un momento, aprovechar
y saltar en los charcos
formados por la lluvia,
sentir en el rostro la fresca brisa
de los días grises,
porque siempre hay algo que rescatar.
Animarte a darle play
a esa canción favorita,
que te hace olvidarlo todo,
y cantarla a gritos
para que todos la sientan como vos.
Y de pronto vas a ver
que entre tantas nubes asoma
un pequeño rayo de sol,
al mismo tiempo que un bello arcoíris
se plasma en el paisaje
junto a una sorpresiva sonrisa
que se dibuja en tus labios,
porque aunque te parezca iluso,
solo una decisión puede
acabar con la tormenta,
y en esos momentos, sin darte cuenta
lograrás renacer.
Parece tarde de invierno
Y de pronto en la radio suena
una melodía perfecta,
vestida en hermosa poesía
dibujada al son del viento,
ella siente como el día
se convierte en su fiel reflejo.
Ese tinte gris del ambiente
que se cuela por la ventana
parece ser parte exacta
de sus abrumados pensamientos,
y la fría brisa que acompaña
se fusiona perfecto a los suspiros
erizando la pálida piel de su cuerpo.
Hoy su reflejo parece tarde de invierno,
se encuentra a si misma perdida
repitiendo casi en silencio,
“que no llueva, hoy no,
pues no quiero derramar las penas
que hace tiempo cargo en mi pecho”.
De pronto asoma un rayo de sol,
iluminando sus ojos cafés,
y entonces de pronto recordó,
que esta tarde de invierno,
llegó en pleno verano,
y que más allá de las nubes,
sigue el sol brillando,
al igual que la luz viva
de sus ganas por seguir luchando.
Deja Vu
Mentes fundidas en el mundo,
siendo ideas, vagando en recuerdos,
y a veces sólo corriendo
en automático como los segundos
de un reloj colgado en la pared
sin más causa que adornar un espacio vacío.
Vidas al compás de un beat
que nadie eligió, o que quizás todos elegimos,
rimando los versos dictados
por el viento melancólico del ayer.
Suspiros que ya partieron,
noches con gustito a miel,
pausas que no se detienen,
tic tac, me grita “volvé”.
En el presente unos segundos,
en la mente los días pasan,
quizás meses, quizás años,
un grito ahogado
y luego una súbita paz,
una sonrisa, y un “te quiero”.
Si un día me ves partir sólo espera,
porque en tu mente, sin aviso alguno,
verás a mis pies volver sobre sus huellas.
Mientras el mundo se acaba
Creer en el amor,
creer en la magia,
creer que una mirada calma
y que un beso sana…
Tiempos repletos de fin
y un sinfín de nuevos comienzos,
susurros al oído,
miradas cautivas,
vidas encantadas entre versos,
nostalgia alimentada
con miles recuerdos.
Los días corren,
la luz del sol se apaga,
la luna se alza triunfante
entre tantas tímidas miradas,
y en el medio
todo pasa sin pasar,
sin pesar,
sin pensar.
Y en el medio
un nombre,
una vida,
un momento.
Aprender, crecer, seguir,
encontrarse sin miedo
a mirar esos ojos tan ajenos,
tan nuestros,
tan lejos.
Mientras el mundo se acaba,
nunca dejar de vivir.
Había una vez una Voz
Había una vez
una voz
que creció entre silencios,
amó entre melodías
y lloró sin salir de la garganta.
Había una vez
una voz
que cargada de entusiasmo
llenaba el aire de las calles
como pasos de gigantes.
Había una vez
una voz
que ante el dolor salía corriendo,
ante el miedo sólo se escondía
y de pensamientos hacía poesía.
Había una vez
una voz
que combinaba palabras
que se fundían en la nada
entre paredes blancas.
Había una vez
una voz
que por injusticias
gritaba,
con tanta fuerza
que podría jurar
venía plenamente
desde el alma.
Había una vez
una voz
que a ellos les molestaba
escuchar,
y entonces voló lejos
con el viento
que la llevó a oídos
donde jamás dejará de recitar
poemas sin final.
Mi frase favorita
Esa, que llega sin avisar,
en días buenos
o días malos,
que se abraza a mi ser,
a mi esencia,
a mi espera.
Esa, que sólo suena bien
si la sueltan sus labios,
tan delicados
como el aroma del florecer
en plena primavera.
Mi mente se ama a sí misma,
mi cuerpo fluye a su ritmo,
y bailamos al compás
de los segundos en que suena
en el aire llegando al mar.
En que suena esa frase
que tantas veces
sobre este suelo
alguien alguna vez dijo,
aunque nunca cobró el sentido
que mi alma le dio de vestido
al recibirla de su presencia,
tan pura, tan bella,
sobre todo tan suya.
Mi frase favorita
se reduce a tres palabras,
quien las haya inventado
quizás nunca
sepa el valor que cobraron
en una vida tan mundana,
tan común,
con tanta sed de poesía
y tantos sueños de cartón.
Mi existencia está negada
a escucharla de otra boca,
porque esas palabras
viven en mí
pero su voz les dio
las ganas de vivir…
Por favor
que nunca se detengan
sus dulces susurros de amor…
Fluye
El agua por el río,
la luz del sol sobre las flores,
sus besos con los míos,
el agua por el cuerpo que conoces.
Las agujas de ese adorno en la pared
que giran hasta marear la calma,
el sentimiento que empieza a aparecer
en esa mente tirada en la cama.
Fluye el universo
que habita en su mirada,
vuelan chispas de colores
mientras baila desarmada.
Con cortes, líneas y espacios
dijo “te quiero” y murió en el ocaso,
caminó sin pedir indicaciones
y se fue con mi alma en sus manos.
Y aunque sin comprenderlo,
nunca dejé de caminar…
¿Real?
Para unos
lo que se ve,
lo que se palpa,
lo que se huele,
lo que la boca nos llena de sabor,
lo que en los oídos se incrusta
y consigo nos lleva.
Real dicen que es también
la distancia en la que caemos
arrastrados por la monotonía,
insípida,
tan común,
tan vacía.
Real aquello que se estampa contra nosotros,
y con su impacto nos lleva al suelo,
y el cuerpo duele,
y la mente llora.
Pero… ¿cómo se explica?
¿Real? II
Pero… ¿cómo se explica?
¿qué nombre lleva?
¿acaso no es real?
Porque yo te veo,
te huelo,
te toco,
te escucho
y conozco tu sabor,
pero en esos instantes
en los que aún siento que te amo,
en el que quiero abrazarte,
en los que te extraño,
en los que recuerdo
tu voz,
tu perfume,
tu piel,
tu sonrisa,
tus labios,
¿no es real?
¿Dejé de amarte
porque no estás?
Fascinada de romper las reglas
aunque no estés,
aunque según ellos
esto no sea real,
te amo igual.
Sueños sabor Café
Sueños, amargos, dulces, suaves,
sueños de los que sólo quiero escapar,
sueños cobardes, vacíos, sin llaves,
sueños en los que ya no estás.
Sueños en los que quise quedarme,
sueños de luceros y mar,
sueños en los que aprendí a amarme,
sueños donde me oíste cantar.
Sueños sabor café,
perfectos en cada partecita de mí,
historias hechas rimas
más allá de lo que fui.
Saturnus.
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