Te regalo una flor…
- Brenda Figueroa
- 27 dic 2022
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 16 oct 2023

Una rosa blanca,
como el papel que aún me espera,
vacío de todo lo que no dije,
de todo lo que no pude sacar,
de todo lo que,
mirándote a los ojos,
lloré,
pero así,
sin palabras.
Una rosa blanca,
como el color de la piel
que mi rostro envuelve,
después de ese blister
que me deja rezando al altar
en el que te puse yo misma,
vestido de tantas ilusiones.
Una rosa blanca,
y el blanco de una rosa,
que significan tantas cosas
y deja de significar algunas más.
Blanca, como lo que no está,
como la tinta que me falta
para escribirte esa carta
que imagine tantas veces
en tus manos entregar,
o tu ausencia que abruma
haciéndote presente mucho más.
Una rosa blanca,
que muchos podrán decir,
es símbolo del llanto
de un luto en silencio
de ver tu partida, poco a poco,
mientras aún estás acá,
jurando que no te irás.
Blanca tu voz, como la rosa,
que en su suavidad inmutable
no me dice todo aquello que ya sé,
porque déjame contarte,
que a tu pulso,
cual código morse, siempre lo descifré.
Una rosa,
blanca,
como mis piernas
enredadas en las tuyas,
esas noches en las que no entendíamos el mundo
pero reíamos fuerte, y juntos.
Te regalo esta flor,
una rosa blanca,
presencia de la ausencia,
aroma de la falta,
tacto del olvido,
la materia perfecta
de lo que aun siendo todo,
nunca llegamos a ser…
Saturnus.
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