Vida Prestada
- Brenda Figueroa
- 9 jun 2022
- 1 Min. de lectura

Mis horas dejaron de ser mías,
caminar calles ajenas,
hablar palabras prestadas,
comer lo que nunca comía,
actuar en tu película, que era nuestra,
pero más tuya que mía.
Que conmigo podías ser más vos que nunca,
decías,
mientras todo nuestro alrededor
derrochaba hipocresía,
sonrisas de plástico,
una vida vacía.
Supongo que tenerme
era esa llama de vida
entre el frío de querer ser
para que te quieran,
mientras yo intentaba ser
para que me quieras,
y para que luego dijeras
que ni siquiera te pareció suficiente.
Tus palabras siempre tuvieron el poder
de mandarme al suelo de una,
sin asco,
sin penas,
solo así,
dejando mis intentos
en vanos movimientos
de querer salvarte
de lo que también eras parte.
Tenía una vida a la que pensé, mejoraba,
pero que en realidad sólo decoraba
para que estando allí te sintieras a gusto,
como si fuera tu casa,
y nunca dejaras de sonreírme así,
como tanto me gustaba.
Y voy a volver a remarcar que no,
no te pareció suficiente,
y cuando me fui de esa vida prestada,
la mala fui yo,
pero ni siquiera notaste
que hacía mucho, ya no era yo,
sino una versión tuya
que se animaba a la vida un poco más
de lo que vos en realidad,
y ya no me amabas a mí,
estabas amando verte, como al espejo,
dándote ese amor
que tanto te dijeron, no valías.
Saturnus.
Comments