Vértigo
- Brenda Figueroa
- 23 sept 2024
- 1 Min. de lectura
De la puerta para fuera
y del pecho para adentro.
Una mano que me suelta,
abrazos que me sostienen,
o que al menos lo intentan.
Mis propios latidos me aturden,
mi propio aire me ahoga,
solamente puedo anhelar no pensar.
Y pensar es lo único
que no he dejado de hacer.
Porque parece contagioso
eso de andar soltando,
que lo hiciste vos conmigo
y que lo hice yo con todo,
muchas veces hasta me asombro
y no entiendo bien cómo,
pero pasó.
Todo aquello que me movía,
todo aquello que me llamaba,
pero sin tu voz de guía
siento que no queda nada.
El todo y la nada
me llevan a bailar perdida,
y por el precio de las desdichas
me regalan un par caramelos,
y me duermo,
y ya no estoy.
Vértigo.
De la puerta para adentro
y del pecho para afuera,
del talón hasta los dedos,
y en cada letra de tu nombre en mis recuerdos.
Todo me da vértigo.
Saturnus.
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